CIUDAD DE MÉXICO – La delegación del Inter aterriza por la noche en “la ciudad que nunca duerme”, como se conoce la capital en México. Una ciudad llena de edificios sin aparentes criterios en la planificación urbana. La pista de aterrizaje se encuentra totalmente rodeada por la ciudad, que se extiende hasta donde nos alcanza la vista. Aparece la enorme meseta central desde la cual se levantan volcanes inactivos de hasta 5000 metros de altura, sobre los cuales se pueden contemplar majestuosos lagos que se desecaron hace tiempo. No importan las veces que vengas, cada vuelo sobre Ciudad de México impresiona como si fuera la primera vez.
Inter Campues lleva instalado en México desde el año 2003. En los últimos diez años los proyectos han ido creciendo en las diferentes áreas del país. Cada uno de ellos con objetivos sociales personalizados, pero a su vez muy similares entre sí. La violencia, el machismo, el crimen organizado y el narcotráfico alimentan el terror entre la población y conllevan al constante flujo de emigrantes hacia los EE.UU. y Canadá. Los datos son desconcertantes. Nuestros proyectos tienen como denominador común los entrenamientos de los entrenadores y nuestro equipo de profesionales, que unen la técnica y la pedagogía.
Esta segunda visita de la temporada inicia en la capital, la cuna de la civilización maya, construida en la meseta central a unos 2000 metros sobre el nivel del mar, el Distrito Federal, donde la delegación italiana monitorea el estado de los proyectos en los distintos núcleos y desarrolla demostraciones prácticas en campos de fútbol bajo la cuidadosa observación de entrenadores locales
Caminando a unos cientos de metros de la catedral barroca construida por los conquistadores españoles con los restos de las ruinas de los templos, en la Plaza de la Constitución, también conocida como Zócalo, el corazón de la ciudad, llegamos al famoso distrito de Tepito, donde se encuentra la Fundación Renacimiento. El área es conocida por todos por su peligrosidad y por la facilidad con la que se puede obtener cualquier cosa… Los aproximadamente 30 niños del proyecto, huéspedes del centro, se encuentran en situaciones sociales muy serias y sus historias son particularmente trágicas. La Fundación les ofrece ayuda ocupándose de la asistencia a la escuela y de la formación profesional a través de laboratorios de informática, música, gastronomía y muchos otros más.
Para estos chicos, el fútbol es una alternativa válida a las tentaciones del «barrio». En este duro contexto, el Inter Campus actúa favoreciendo una vía dirigida a la recuperación de la persona, la reinserción social y la inclusión.
17.02.2020