[INTER CAMPUS MÉXICO, PARTE DE UNA IDENTIDAD CULTURAL QUE SIEMPRE NOS HA ACOGIDO]

En Europa a menudo escuchamos hablar de México por turismo, por sus sitios arqueológicos o por las playas del Caribe. En ocasiones también se habla de machismo, terremotos, corrupción, delincuencia, feminicidios, narcotráfico, del interminable flujo migratorio que parte desde Sudamérica y llega a Estados Unidos cruzando México de Tapachula a Tijuana en busca de mejores condiciones de vida, el éxodo bíblico del pueblo de la tierra prometida. Es difícil tener una idea precisa de la complejidad de la situación que realmente se vive en México. Muchas veces las imágenes de las películas de los directores mexicanos Iñárritu y Cuarón o de alguna serie de televisión, aunque representan bien la vida cotidiana, no son percibidas por nosotros como hechos reales.

Contar México en pocas líneas es una tarea difícil, para entender la identidad cultural debemos partir desde los orígenes, antes de la llegada de los conquistadores españoles que sometieron y esclavizaron a las poblaciones indígenas durante 500 años. A lo largo de los siglos, la cultura indígena mesoamericana se ha fusionado con la europea, dando lugar a los mestizos. Se han evidenciado las consecuencias de carácter social, cultural y religioso que han dado lugar al pluralismo y diversidad de la población indígena y de los mestizos.

Respetando estas culturas, Inter Campus ha entrado adaptándose y activando proyectos en diversos contextos utilizando el fútbol y los colores nerazzurri como herramientas para actuar en distintos frentes a fin de proteger a los menores que viven en situaciones desfavorecidas.

Pero de la misma manera, describir Inter Campus México en pocas líneas no es fácil. Queremos contar la belleza de los mexicanos, de todas esas personas que llevan años trabajando junto a nosotros, en la cancha y detrás de escenas, con un objetivo común: ayudar a educar a miles de niños y niñas en los valores positivos de la vida para prevenir que en el futuro sigamos escuchando cosas malas sobre México.

Cada año cerca de 300 niños y niñas participan en los distintos proyectos activos en la zona a lo largo de un recorrido que comienza a los 6 años y finaliza después de cumplidos los trece. Su referencia son una veintena de entrenadores locales. Un grupo cohesionado, en sí mismo parte de una trayectoria de formación técnica que durante años ha estado trabajando en conjunto tanto dentro como fuera del campo. Han sido muchas las oportunidades de convivencia entre ellos y nuestro personal italiano durante las constantes visitas anuales como, por ejemplo, cuando todos juntos subieron a la cima del Nevado de Toluca, a una altitud de casi 5000 metros, una acción simbólica a modo de demostración de la fuerza del grupo. O las semanas imborrables compartidas en los últimos años en Chiapas con todos los entrenadores mexicanos y nuestros amigos indígenas zapatistas. Una esterilla como colchón en el suelo o una hamaca como cama, arroz y frijoles. En los campos de tierra más o menos batida, en los Altiplanos o en la Selva Lacandona, entre cientos de discretas sonrisas escondidas por el paliacate (pañuelo). Compartir vida y metodología con amigos zapatistas, un intercambio constante no solo de nociones sino sobre todo de emociones y valores humanos. Pueblos que luchan por la protección de sus derechos y su riqueza cultural en las tierras que les pertenecen.

En este período en el que el mundo está cambiando debido a la propagación de este virus, realmente extrañamos a todas estas personas con las que hemos establecido un fuerte vínculo a lo largo de los años. Gracias a la tecnología tratamos de estar cerca de ellos con constantes videollamadas, confiando en que un día, lo antes posible, podremos volver a nuestra normalidad.

19.08.2020