La visita a Brasil empieza a las 05:30 de la madrugada del martes. Nada más aterrizar y dejar la maleta en el hotel nos dirigirnos al campo. Organizamos actividades en tres núcleos diferentes: primero Cavalcanti, luego Kitungo y para finalizar, Vila do Joao, todos en la periferia del norte de Rio de Janeiro, cerca de la favela de Maré, dónde el ejército refuerza la seguridad en la entrada. No hay mucha distancia entre un campo y el otro  pero el intenso tráfico hace que los desplazamientos se dilaten. Nos movemos acompañados por Del, nuestro incansable referente local que aprovecha el rato que pasamos en el coche para ponernos al día de la evolución de su proyecto y de la delicada situación social del país.

El segundo día realizamos un último entrenamiento en el campo Conjunto Esperança y a continuación nos reunimos con el nuevo Cónsul General, Riccardo Battisti. Como buen interista, nos acoge con los brazos abiertos junto a Luigina Pasello, con la que llevamos colaborando desde hace meses para entregar 2000 camisetas nerazzurre.

Por la noche, volamos a Sao Paulo, donde Chiquinho y Antonio nos acogieron en sus propias casas. En el barrio Sao Miguel Paolista, a tres horas del centro de la ciudad, nos encontramos con los entrenadores de las parroquias, Fernando y Narcelo, y fuimos a ver los núcleos de Agua Vermelha y Santo Antonio. Las actividades siguen en un clima alegre, con muchos momentos de formación para los educadores y de juegos para los niños.

Regresamos con la felicidad de los niños en nuestro corazón, llevándonos a casa un poco de Brasil.

06.07.2015

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